EL “ENCUENTRO CON CRISTO”: CLAVE DE LA FORMACIÓN DEL DISCIPULO Y MISIONERO SEGÚN APARECIDA
Punta de Tralca, 26 diciembre de 2007´
Religiosas del Sagrado Corazón
a) Aparecida tendrá que ser reconocida como la conferencia de la “espiritualidad”. Más precisamente, la conferencia que promueve un “encuentro con Cristo”, es decir, una espiritualidad cristocéntrica.
b) Las orientaciones que la conferencia da para la “formación” de los discípulos y misioneros, se orientan a provocar o facilitar la experiencia de un “encuentro con Cristo”, a madurar en esta experiencia y a compartirla con los demás.
A. El “encuentro con Cristo”
1.- Contexto de Aparecida
– Debilitamiento del catolicismo latinoamericano
– Los diagnósticos coinciden: el catolicismo se debilita. Lo detectaba el Documento de Participación preparatorio de la Conferencia y documentos regionales que reaccionaron a este. Lo subraya con fuerza la Síntesis que reúne el parecer de todas las iglesias.
– En el presente concreto de América Latina, el mandato de Aparecida a misionar dice relación con una percepción de desgaste del catolicismo latinoamericano.
o La fe cristiana ha penetrado la cultura del continente.
o El cristianismo ofrece una religiosidad que alimenta la vida de nuestros pueblos.
o Los católicos siguen siendo una inmensa mayoría.
– Pero algo está cambiando. El Papa Benedicto dijo al inicio de la Conferencia: Se percibe (…) un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la Iglesia católica debido al secularismo, al hedonismo, al indiferentismo y al proselitismo de numerosas sectas, de religiones animistas y de nuevas expresiones seudoreligiosas (nº 2).
– La constatación de esta especie de fatiga, en principio amenazante para la cultura del continente y el futuro de la Iglesia Católica en el mundo, merece ser discernida. Si efectivamente Dios actúa en la historia, y Dios es trascendente al catolicismo, los cambios pueden abrir nuevas posibilidades.
– Globalización
– Este fenómeno se inscribe en uno mayor, el de la globalización, y se debe a él en buena medida.
– La interacción recíproca entre los más diversos modos de ser hombre, a una velocidad impresionante y a través de medios nunca imaginados sorprende, espanta y remueve los cimientos de la identidad colectiva y personal hasta lo más profundo.
– La pobreza y la injusticia endémicas de América Latina son barajadas en nuevos registros.
– La religiosidad experimenta mutaciones importantes.
– La Iglesia Católica evangeliza en un proceso de acelerada desevangelización: desinterés por los sacramentos (caen el bautismo y el matrimonio; la reconciliación tiende a desaparecer; no hay sacerdotes suficientes para celebrar la eucaristía; el orden sacerdotal se mira con sospecha); secularismo, hedonismo, indiferentismo, proselitismo, de los que habla el Papa, socavan el sustrato católico de la cultura; pérdida de autoridad de los pastores a causa de un clericalismo que no se soporta o de enseñanzas que son percibidas como irracionales; éxodo de fieles a iglesias pentecostales, absorción de nuevas ideas religiosas y ambiente de “cisma emocional”.
– El Documento de Aparecida, a propósito del desgate del catolicismo, sostiene que, en la sociedad del conocimiento, en tiempos de globalización, las personas necesitan mucho más información para funcionar, pero a la vez sufren la fragmentación de la información política, económica, científica, etc., resultándoles muy difícil unir tanta información y no frustrarse.
– Y, aunque el Documento no lo diga, las autoridades de la Iglesia en una sociedad pluralista y democrática no logran representar la unidad que, en nombre de Dios, están llamadas a fomentar.
o La misma institución eclesial tiende a ser desplazada de la arena pública.
o Sus noticias no son noticia.
o Una sociedad que funciona en otros registros parece no necesitar de una autoridad superior que la unifique.
– El problema mayor para la evangelización: en la medida que la transmisión de la fe de una generación a otra es alterada por estos fenómenos, el catolicismo latinoamericano tradicional ha comenzado a diluirse.
2.- Propuesta de un “encuentro con Cristo”
– Aparecida nos manda a misionar.
o Debemos plantearnos seriamente cómo nos convertiremos en misioneros.
o Si Dios ha hablado, la Iglesia latinoamericana entera tendrá que renunciar a su complacencia, revisar las modalidades pastorales que impiden la acogida del Evangelio y crear otras nuevas que lo hagan posible.
– La convicción básica de la Conferencia es que no se puede ser misionero si no se es discípulo y, por otra parte, que ningún discípulo puede eximirse de la misión, porque el mandato de anunciar a Jesucristo a todas las naciones está inscrito en su bautismo (Mt 28, 19).
– La novedad de este planteamiento estriba en que, en las actuales circunstancias, el discípulo-misionero o el misionero-discípulo, no podrá ser tal si no tiene un encuentro personal y comunitario con Jesucristo (11).
o Ya lo decía documento Síntesis: “La alternativa crucial es ésta: o nuestra tradición católica y nuestras opciones personales por el Señor arraigan más profundamente en el corazón de las personas y de los pueblos latinoamericanos como acontecimiento fundante, como encuentro vivificante y transformador con Cristo, y se manifiesta como novedad de vida en todas las dimensiones de la existencia personal y la convivencia social, o corre el riesgo de seguir dilapidándose, empobreciéndose y diluyéndose en vastos sectores de la población, lo que sería una pérdida dramática para el bien de nuestros pueblos y para toda la catolicidad” (DS nº 15).
o Sin un encuentro vivificante con Cristo, la fe cristiana corre el riesgo de seguir erosionándose y diluyéndose de manera creciente en diversos sectores de la población (DC 13).
– Años atrás Karl Rahner, teólogo importante del Concilio Vaticano II, había afirmado: “el cristiano del siglo XXI será místico o no será cristiano”.
o Lo que ha valido para el catolicismo ilustrado occidental, vale también para nuestro continente.
§ La tradición cultural cristiana que ha marcado a fuego nuestra identidad, no basta a sujetos que creen poder elegirlo todo.
§ Si estos no eligen a Jesús como el único Señor al que vale la pena consagrarle la vida, difícilmente aceptarán que la Iglesia los elija a ellos como discípulos de Cristo y encauce sus vidas para lograrlo.
– La expresión “encuentro” para referirse a la experiencia espiritual es especialmente rica.
o El encuentro con Dios en uno como nosotros, el hombre Jesús y nuestro hermano, en quien se generan relaciones comunitarias simétricas y fraternas, constituye un modo muy feliz de hablar de la experiencia cristiana de Dios.
§ La experiencia de Dios como “encuentro” con Cristo tiene un anclaje antropológico que orienta aún mejor lo que Aparecida nos pide.
§ Podemos decir que “encuentro” alude a lo que puede ocurrir entre dos personas.
• Así de simple y hermoso.
• Así de complejo y peligroso.
§ Cuando el encuentro es tal que ambas personas se constituyen una a partir de la otra, se abre naturalmente a la amistad de terceras personas, constituye una comunidad y permite reconocer la comunidad que, tal vez imperceptiblemente, sostenía y posibilitaba estas relaciones.
– Para Aparecida, el “encuentro con Cristo” recuerda el llamado y la elección que hizo Jesús de sus primeros discípulos:
o Llamado a vincularse estrechamente con él, para que conocieran el misterio del reino y para que compartieran su misión de anunciar su advenimiento.
o El impacto que produjo Jesús en sus discípulos produjo en ellos una respuesta libre. El amor de Jesús por ellos los convirtió en amigos y hermanos suyos, y los impulsó a misionar.
– Esta primera experiencia de Cristo, después de la resurrección de Jesús ha abierto un acceso trinitario a Dios.
o En la experiencia cristiana de Dios el Padre tiene la iniciativa: El sale a nuestro encuentro en su Hijo y por el Espíritu.
o Cristo es el “camino, la verdad y la vida”. Jesucristo, su reino y su muerte en cruz, constituye el modelo de la vida cristiana.
o El Espíritu, por su parte, hizo que Jesús se relacionara con el Padre en la oración y el discernimiento de su voluntad.
o El Espíritu nos ha revelado que Jesús es el Hijo y que Dios es el Padre de Jesús y nuestro Padre.
o El Espíritu guía a los cristianos como “maestro interior”.
– El Documento de Aparecida indica dónde podremos encontrar a Cristo: en la Palabra, la Eucaristía, en las comunidades, en María, en la religiosidad popular y en el prójimo (pobre).
– El encuentro con Cristo en el prójimo recuerda la índole eclesial de una experiencia cristiana auténtica.
o Este es precisamente el desafío ulterior.
§ No basta decir que la evangelización depende exclusivamente del “encuentro” con Cristo.
§ Es posible que a futuro se pierda la posibilidad de una experiencia de Dios en Cristo si no se realizan ajustes eclesiales mayores.
o Dicho de otra forma, sin cambios la transmisión de la fe a la siguiente generación y la proclamación misionera de Jesucristo a los que nunca han creído en él, es impensable.
– Por tanto, la atención a los “signos de los tiempos” en la que se haya la Iglesia en Aparecida, constituye una oportunidad muy favorable para preguntarle al Señor qué Iglesia facilitará, encausará y custodiará mejor aquel “encuentro” con Cristo del que depende el futuro cristiano de América Latina.
3.- Cristología de Aparecida
Cristo vida plena
– Ya en el título que llevaría la V Conferencia se nos había indicado que el tema de la vida habría de ser clave.
– El foco de todo el documento es el encuentro con “Cristo vivo”.
o Con las palabras del Papa: “Es necesario que los cristianos experimenten que no siguen a un personaje de la historia pasada, sino a Cristo vivo, presente en el hoy y el ahora de sus vidas. Él es el Viviente que camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los acontecimientos, del dolor y de la muerte, de la alegría y de la fiesta, entrando en nuestras casas y permaneciendo en ellas, alimentándonos con el Pan que da la vida” .
– En estos términos el Cristo de Aparecida es una “buena noticia”. La persona de Jesucristo en sí misma, su vida divina comunicada humanamente a nosotros, constituye la salvación.
– Se subraya que Jesucristo es la vida eterna: la vida divina que el Hijo quiere compartir con la humanidad de parte de Dios prevalecerá en los que creen en él.
– La vida eterna del Hijo, sin embargo, no se comprende independientemente de la vida que Jesús comunicó a diversa suerte de pobres. La vida eterna se anticipa por la praxis compasiva de Jesús, porque no consiste en otra cosa que en la eternidad del amor.
– Aparecida entiende la salvación como vida que supera las condiciones inhumanas en que viven los más pobres. El amor cristiano, en palabras del Papa “invita a todos a suprimir las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a los bienes” .
El Cristo del reino
– Aparecida promueve un “encuentro con Cristo”, a quien considera la vida plena y a quien identifica con el reino de Dios.
o En ambos casos la salvación se concentra en la persona de Jesús, Cristo e Hijo de Dios.
o En ambos casos, la centralidad de la persona de Jesús no anula, sino que exige explicitar las consecuencias interpersonales, sociales e históricas de la salvación cristiana.
– El Evangelio tiene un carácter fundamentalmente personal.
o En Cristo Dios se da en persona a todos los hombres y todos los pueblos.
o Él es el “Dios de rostro humano” .
o Esta Buena Nueva, por otra parte, responde a las necesidades más hondas de la humanidad.
– El carácter personal del reino de Dios, sin embargo, exige una mediación recíproca entre Jesús y el pobre. Para Aparecida en el rostro de Jesús descubrimos el rostro del pobre y en el rostro del pobre se nos manifiesta el rostro de Jesús.
– “Pobre” hoy en América Latina y el Caribe debiera ser un concepto análogo y no confuso. Aparecida misma ofrece un primer analogado en palabras estremecedoras: “ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente ‘explotados’ sino ‘sobrantes y “desechables’”.
– De aquí que Aparecida renueve la opción por los pobres lo cual tiene enorme importancia. Decir que el Hijo de Dios se hizo hombre equivale a decir que “el Hijo de Dios se hizo pobre” . Cuarenta años después de Medellín, la V Conferencia asegura la índole cristológica de la opción por los pobres.
B. La Formación
– La sección clave está en el capítulo 6. Los números más importantes: 276-284.
1.- Claves
a) Cambios en el paradigma de la espiritualidad:
– Centralidad de Cristo: “Encuentro con Cristo”.
– De la imitación y de la santidad, al seguimiento.
– De la dirección espiritual al acompañamiento espiritual.
b) Respeto de la historicidad de las personas
– La conversión como un proceso de toda una vida (“camino largo”).
– La vocación como un llamado estrictamente “personal” de Dios (por el “nombre”).
– La necesidad de una pastoral diferenciada de acuerdo a la realidad de las edades y condición de las personas.
– Necesidad de formación permanente: a través de catequesis y sacramentos.
2.- Insistencias
a) Formación de discípulos y misioneros:
– ¿cómo se forma un misionero?
– ¿cómo se forma a un “formador” de misioneros (laico, religiosa, sacerdote)?
b) Necesidad absoluta de una comunidad: ¿qué comunidad es realmente “formadora”?