Cristianismo en tempestad
¿Qué quiero con este libro? Rápidamente pongo las cartas sobre la mesa. Me interesa convencer a los lectores acerca de la grandeza del cristianismo. Quiero comunicar al Cristo que ha inspirado cada una de las columnas de que consta esta publicación. ¿Qué quiero? Me gustaría que mis lectores continúen conmigo en esta historia bimilenaria viviendo de Cristo y transmitiéndolo como la Iglesia tendría que hacerlo, aunque no siempre le resulta. He escrito este libro como si a alguien fuera a interesarle, en esta época de desconcierto cultural creciente, una tradición extraordinaria de humanidad que le sirva precisamente para interpretar lo que nos está pasando y trabajar por la paz. La inquietud es grande. No es mi intención agitar las aguas. Si Cristo calmó la tempestad, ¿qué otra cosa puedo tratar de hacer yo que alentar la fe de los tripulantes de la nave? La tempestad es la mesa. Estas columnas son mis cartas.